sábado, 14 de diciembre de 2013

 El valor de la amistad
La amistad es un vínculo que nos proporciona la posibilidad de compartir experiencias, conocimientos e incluso medios económicos. Los lazos de amistad se potencia recíprocamente y  no puede existir por separado. La realidad de la amistad es dual. Implica  la existencia de al menos dos personas. La amistad necesita a un interlocutor para compartir, crecer mutuamente y descubrir (se) en él sus  valores y también sus deficiencias.
 
El buen amigo no anula al otro sino que lo potencia, es su compañero y un facilitador de sus muchas posibilidades. Sufre cuando tu sufres y se alegra cuando tu te alegras. No es envidioso, ni prepotente ni se aprovecha de ti
 
La amistad se basa en la mutua confianza, donde el objetivo es ayudar al otro consecuentemente así mismo.
 
La amistad no se impone, ni se programa, como todo en la vida requiere de un esfuerzo para conseguirlo y lo más importante es poner los medios para lograrlo y mantenerlo.
 
La amistad se muestra en los momentos felices: el nacimiento de un hijo, la celebración de un ascenso laboral, la inauguración de una casa. En otras ocasiones la amistad se concretiza en una llamada telefónica para pedir un consejo o compartir un proyecto o intercambiar ideas políticas, religiosas o de la propia existencia, o simplemente por esa sensación que tenemos de que existe una persona, aunque sea a cientos de Km., a la que podemos recurrir solamente para hablar y saludarla.
 
En todas las situaciones, tanto buenas como en los momentos difíciles aparece nuestro amigo al que podemos recurrir y dejarnos aconsejar, descargar, llorar, reír  y escuchar. De una u otra forma comunicarnos con él.
 
La amistad es una relación entre iguales con alguna característica en común. Por eso los profesores, los padres, los jefes no pueden ser amigos de sus alumnos, de sus hijos o de sus empleados.
 
La amistad no se centra en las cualidades del otro sino más bien en su propia esencia: cómo es como persona, qué cualidades tiene, qué sentimientos provoca.
 
La amistad no origina simpatía hacia la persona sino empatía: capacidad para comprender y para compartir alegrías y tristezas.
 
Cuando un amigo nos relata sus confidencias, lo dice según su criterio, y la amistad requiere corregir los errores subjetivos, para poder aprender la objetividad de los hechos.
 
El amigo es una persona que lo sabe todo de ti y te quiere tal eres.
LA AMISTAD abarca la lealtad y confidencialidad. Lograr la sinceridad mutua.
 
Los amigos son aquellas personas que en los momentos difíciles esta contigo. La distinción para verdaderos y falsos amigos es la presencia común en los buenos momentos y la sola ayuda de los verdaderos en los malos.
 
En la amistad buscamos la ayuda incondicional, nos apoyamos con los amigos para pasar mejor las tristezas, duplicar las alegrías y dividir las angustias por la mitad.
 
Un proverbio sobre la amistad en el que estoy de acuerdo es el siguiente: “El que busca un amigo sin defectos se queda sin amigos”.
 
A un amigo lo llamas cuando estás pasando por una situación insegura para que nos aconseje según su parecer, le pedimos su opinión,  para que luego nosotros elijamos nuestro propio criterio, sin que eso perjudique nuestra relación.
 
Existen diferencias en la relación de Amistad con la relación del Amor. Diferencias entre los amigos de los conocidos.
 
La amistad sincera es recíproca, ambas personas enriquecen esa relación, creciendo  y aprendiendo de ella.
 
La sinceridad, la generosidad, la comprensión, el afecto mutuo son pilares sobre los que se construye una mistad que va consolidando con el tiempo. Esto hace falta para  lograr una amistad sana y constructiva.
 
Por eso en el refrán “Amistad por interés, no dura porque no lo es”  Amistades de conveniencia,  en las que ciertas personas se  acercan a quien les puede dar prestigio, y hay otras de verdad en que importa el fortalecimiento del amigo.
 
En la sociedad actual impera el materialismo al mismo tiempo que es  pragmática, prevalece entre la gente el sentimiento de la amistad.
 
La amistad exige el fiel sentimiento de la sinceridad, la comunicación sin trampas ni exigencias, la entrega mutua sin egoísmo, la preocupación por el otro, la confianza sin límites, la paciencia, el respeto a las ideas, aceptar la  forma de vida del amigo, la confianza sin limites, el saber escuchar, saber perdonar, el ser fiel a la amistad aunque este lejos o haya pasado mucho tiempo.
 
En resumen con el amigo existen dos componentes importantes: confiar y compartir desde tus proyectos, problemas, inquietudes, sueños y fracasos. Todo lo anterior se aprende desde la infancia hasta la edad adulta, pasando por el joven-adolescente que en esta etapa su medio social y los apoyos de amistad encuentra una gran liberación en muchas ocasiones en su confusión mental y emocional, su maduración personal depende de su integración en el mundo adulto. Se siente y tiene la imperiosa necesidad de “aliarse”, de relacionarse con otras personas de su condición y edad.
Silvia Navarro Ferragud

martes, 10 de diciembre de 2013

Perdonarnos para poder perdonar 

Si tu relación de pareja está pasando por un mal momento, si las cosas están que se rompen y sientes que es tu culpa… 
No te culpes, no es tu culpa. En todo caso, es de ambos, la relación es cosa de dos. No te castigues más, libérate de la carga de la culpabilidad y perdónate a ti mismo.
Sonríe, tienes una nueva oportunidad de arreglar lo que esté roto, háblalo y lucha por lo que quieres.
 
Toda relación pasa por malos momentos…
En demasiadas ocasiones somos duros con nosotros mismos y nos culpamos de todo lo que sale mal en nuestras relaciones.
Cuando una relación está pasando por malos momentos, nos comemos el coco pensando que “quizás, si hubiésemos hecho esto o eso otro, las cosas serían diferentes”… Nos viene a la cabeza ocasiones en las que podíamos haber actuado mejor, dicho otras cosas y reaccionado de forma diferente… es como si nos echáramos en cara no ser perfectas cuando eso es algo que nadie puede pretender serlo.
Cuando una relación de pareja pasa por dificultades, no es sólo por tu culpa, no te culpes por ello.
¡No es tu culpa! Intentemos dejar los pensamientos negativos a un lado, tratar de ver la vida con mejores ojos, aprender a soltar la cuerda invisible que tenemos con la persona, aprender a olvidar, aprender a perdonar…
El perdón empieza por uno mismo, por perdonarnos para poder perdonar.
Cuando una relación se rompe, una oportunidad surge.
Cuando las cosas van mal siempre nos asusta la posibilidad de quedarnos otra vez solas; es normal, no tiene que ser un problema o un motivo de tristeza para ti, al contrario es una nueva experiencia, una nueva vida que debemos aprender a vivir y así se debe tomar: cerrar un ciclo para empezar por otro.
-No es por ti, es por los dos.El hecho que la relación no funcione no es tu culpa, en todo caso es de las dos partes, pues siempre hay dos personas y cada uno tiene que hablar de sus errores. Por ello, jamás des por finalizada una relación sin antes hablar con tu pareja.
-Antes de romper… ¡habla!
Quizás de todo de lo que te culpas, no es nada más que la falta de comunicación.
Llevar bien una relación de pareja nunca es fácil, pero si tienes ganas salir adelante con tu pareja, empieza por aceptar que somos humanos, por lo tanto estamos llenos de errores y defectos, que nadie tiene la culpa de nada, que sólo hay que aparcar el orgullo, dejar salir el sentido común y hablar. No todo tiene porqué ser tan negativo.
Mira la vida con amor, con esperanza, con un corazón lleno de nuevas ilusiones, que puedes darle la vuelta a tu vida; siempre deja un espacio en ti para que entre la buena predisposición de echarle gana a la vida.
El amor y la continuidad de seguir con la misma persona que escogimos libremente es lo nos debe dar fuerzas para empezar de nuevo.
Cada día es nuevo, y llega con una nueva oportunidad.
No cierres la puerta a la felicidad, cuando hay cariño y respeto todo puede suceder.
Las relaciones rotas no son culpa de una sola persona sino de dos, no te sientas mal y líbrate de esas cadenas… y trata de retener lo que ya tienes en tu vida.
© Autor: Shoshan.
Publicado también en Toda Mujer es Bella, la web de Shoshan para mujeres: Perdonarnos para poder perdonar
¿Es el amor un arte? En tal caso, requiere conocimiento y esfuerzo. ¿O es el amor una sensación placentera, cuya experiencia es una cuestión de azar, algo con lo que uno "tropieza" si tiene suerte?

Todos están sedientos de amor; ven innumerables películas basadas en historias de amor felices y desgraciadas, escuchan centenares de canciones triviales que hablan del amor, y, sin embargo, casi nadie piensa que hay algo que aprender acerca del amor.
Esa peculiar actitud se debe a varios factores que, individualmente o combinados, tienden a sustentarla. Para la mayoría de la gente, el problema del amor consiste fundamentalmente en ser amado, y no en amar, no en la propia capacidad de amar. De ahí que para ellos el problema sea cómo lograr que se los ame, cómo ser dignos de amor.
Para alcanzar ese objetivo, siguen varios caminos. Uno de ellos, utilizado en especial por los hombres, es tener éxito, ser tan poderoso y rico como lo permita el margen social de la propia posición. Otro, usado particularmente por las mujeres, consiste en ser atractivas por medio del cuidado del cuerpo, la ropa, etc. Existen otras formas de hacerse atractivo, que utilizan tanto los hombres como las mujeres, dependiendo de lo que el ambiente social valore más en ese momento y lugar. Muchas de las formas de hacerse querer son iguales a las que se utilizan para alcanzar el éxito, para "ganar amigos e influir sobre la gente".
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PRIMICIAS DE LA CULTURA DE QUITO
  
Fue la primera publicación que apareció en la antigua Presidencia de Quito, y fue editada bajo los auspicios de la Escuela de la Concordia.
Su primera edición circuló el 5 de enero de 1792, y a través de sus páginas se hicieron importantes reflexiones morales y disquisiciones filosóficas, así como recomendaciones y consejos sobre salubridad, higiene, buenas costumbres, etc.
Apareció quincenalmente bajo el espíritu impulsador del Dr. Eugenio Espejo. Las suscripciones se admitieron al precio de real y medio de plata por cada pliego completo, pero los quiteños no respondieron a su publicación y, por el contrario, lo acogieron con frialdad, propiciando inclusive una absurda persecución que se extendió también en contra su autor.
No fue ni revolucionario ni subversivo y solo buscaba el mejoramiento de Quito en lo intelectual y la reactivación de su espíritu adormilado y como resignado a lo peor.
En “Primicias” Espejo emplea un lenguaje rebuscado y elitista que aún hoy no es fácil de interpretar o leer; peor aún debió serlo en esa época y para un pueblo al que el mismo Espejo había reconocido ignorante en su “Discurso” de 1789, cuando dice: “Estamos destituidos de educación. Sería adulación, vil lisonja, llamar a los quiteños ilustrados, sabios, ricos y felices, No lo sois: hablemos con el idioma de la escritura santa; vivimos en la más grosera ignorancia y la miseria más deplorable” (Eugenio de Santa Cruz y Espejo / Primicias de la Cultura de Quito, p. 136).
“Primicias de la Cultura de Quito” fue una “revo­lucionaria novedad en el monótono y encogido vivir de la con­ventual ciudad. Espejo, el acusado de libelista y panfletario, al que "lo habían mandado sacando a Santa Fe" -como debían decir con uno de sus tan pintorescos gerundios las gen­tes quiteñas-, ahora convertido en secretario de la "Sociedad Patriótica", publicaba un papel periódico. Aquello a muchos no satisfizo, y usando el quiteñísimo recurso del rumor maledicente se dieron a socavar el naciente edificio”
Fue por eso que tuvo una trayectoria efímera que solo alcanzó su séptima publicación, que apareció el  jueves 29 de marzo de 1792.